Un portazo
me despierta asustada.
Te acercas amí.
Tu hedor me marea.
Hueles a borracho,
a alcohol a tabaco.
Tu fétido aliento
me golpea en la cara.
Que asco, que asco.
No quiero, no quiero
Te susurro asustada.
No quiero,
¡ los niños.!
Me das un puñetazo y
Me rompes las bragas.
Los niños se despiertan.
Yo muerdo la almohada,
esperando que acabes
tu faena en mi cama.
(Juan Dresán)
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