En Japón, la homosexualidad ha sido documentada desde tiempos antiguos. No hay ninguna religión oriental que la considere pecaminosa. De hecho, el budismo no clasifica los conceptos como “pecados” sino como “impureza” y “pureza”. Precisamente por esta razón muchos militares famosos, comandantes, monjes budistas y samuráis eran conocidos por sus relaciones homosexuales. Nunca ha habido un problema con la homosexualidad en Japón hasta que en la era Meiji (siglo XIX) no fue considerado delito, por mantener buenas relaciones comerciales con los países occidentales. Quizá por esto, es fácil pensar que lxs LGTB son figuras muy activas en la sociedad y no tienen miedo a
salir del armario. Pero aquí es donde entra en juego otro aspecto de la homosexualidad, bisexualidad y transexualidad en Japón.
La homosexualidad es vista con tolerancia, y por esto no hay casos de acoso pero todavía es algo que los japoneses ven como diferente. De ahí, que los homosexuales japoneses tienden a esconderse. Esto también se debe a la falta de información que lleva a la gente a confundir homosexualidad y transexualidad. Además, hay prejuicios sobre la homosexualidad, debido a la imagen negativa difundida por la televisión y otros medios de comunicación. Por ejemplo, en muchos programas televisivos se mezclan diferentes orientaciones sexuales en una sola, la Onee-san, que en su mayoría son hombres travestidos de mujer. La palabra Onee-san tiene dos significados en japones: el primero lo de “hermana mayor” y el segundo lo de “señorita”. Si a la palabra se quita el sufijo -san, se convertirá en onee, palabra con la que se indican los hombres homosexuales. Con los años el significado ha sido distorsionado y. hoy en día. algunas personas usan el término para referirse a todos los hombres homosexuales y transexuales indistintamente. La palabra, sin embargo, es muy controvertida, porque muchas personas se molestan si lo utilizan para referirse a ellos.